Cuando Jesús es la fuerza, no hay adversidad que pueda neutralizar mi fe.
Cuando Jesús es la fuerza, las adversidades y las luchas tienen por fin mi victoria.
Cuando Jesús es la fuerza no hay tentación que me haga morir eternamente.
Cuando Jesús es la fuerza, las mas fuertes tempestades puedo calmar .
Cuando Jesús es la fuerza no hay sentimiento que me haga desistir o deprimir.
Cuando Jesús es la fuerza el mundo es solo una vitrina llena de pecados.
Cuando Jesús es la fuerza mi vida se renueva día tras día en el Altar.
Cuando Jesús es la fuerza el miedo no existe.
renueva cada día en su espíritu convirtiéndose en nuestra fortaleza para luchar
con las adversidades y tentaciones que vivimos a diario en este mundo.
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